el Retorno de la Rebelión

Herthok llegó dandose notar, sus botas de acero resonaban en el duro suelo de piedra blanquecina, los sabios, de largas barbas llevaban los libros de la ley, y la guardia cubria el camino hasta la zona de reunion, las capas rojas arrastraban suavemente, y los estandartes hondeaban con honor. Los yelmos relucian, y las hombreras resonaban contra los fornidos hombros de los enanos, todos los escoltas del rey y sus dos sabios acompañantes llevaban el rostro tapado y la barba era lo unico a la vista. Todo fue esbelto pero duro, llegaron y ocuparon sus respectivos asientos, la guardia mientras, cubria el camino manteniendo los estandartes en alto.

Saskia asintió y se quedó observando entre las sombras la llegada del rey enano. Miró con detenimiento los estandartes y pasó su mirada de los guardias a los sabios, torciendo el gesto en una mueca de exasperación.

" Y eso que la reunión era privada y secreta... ¿Cómo sería hacer con él una reunión abierta? Mejor no pensarlo... "

Herthok cogio uno de los libros de leyes de los sabios y lo abrio al azar, mientras el otro sabio miraba curioso y le indicaba curiosidades de las escrituras susurrandole al oido. Los sabios eran algo distintos, el mentado antes, tenia una barba grisacea como el hierro, y llevaba unas gafas perfectamente ajustadas a su enorme nariz,llevaba una tunica roja con la insignia del reino en el pecho. El otro en cambio parecia mas joven, lucia una barba dorada y un monoculo burdamente pulido, padecia de una enfermedad temblorosa (lo k hoy conocemos como parkinson XD) los enanos le llamaban el mal del frio, y lo adjudicaban a la inquietud excesiva durante un periodo de la vida, un sombrero de piel de oso se alzaba en su cabeza (como los de los rusos) y aguardaba ordenes de su señor sentado a su izquierda.

*Llego hasta la ciudad de la rebelion y encuentro a Kishua*

--Hola...

*Le sigo*

Mi cuerpo humano se movía con más o menos elegancia mientras avanzaba por el lugar, observando todo con cautela. Mis acompañantes, también con curiosidad, caminaban a mi lado, con los ojos abiertos de par en par. Jacobo gruñía a cada persona u objeto que proporcionaba algo de sombra, en cambio, Dayea, mostraba su fragilidad, sonriendo. Me costaba creer lo que estaba pasando a mi alrededor...ocupando el lugar de mis padres a una edad que no me correspondía. Suspiré y pasé al interior de la estancia donde se olía la tensión del ambiente.
Mi acompañante hembra me dio un leve codazo, comprendiendo yo que debía de abrir la boca.

-Siento la tardanza...hubo problemas durante el trayecto...-prefería no decir que tipo de problemas...demasiado embarazoso ante tanta gente.

OFF: por si interesan, fotos de mis acompañantes

Spoiler:

Miré al joven, el único que parecía haberse dado cuenta de nuestra presencia. Lo evalué discretamente con la mirada. Jacobo volvió a gruñir, no se encontraba totalmente a gusto en aquel lugar...Dayea se limitaba a sonreír. ¿Cómo podía estar tan tranquila? La envidiaba realmente mucho.

-Gracias -respondí mientras le seguía